Hoy se conmemora el aniversario de la Batalla de Verdún que mantuvieron de forma tan inútil como cruenta los franceses y los alemanes en la I Guerra Mundial. Dicen los historiadores y los muchos relatos de supervivientes que después de un año desde su comienzo y más de doscientos mil muertos todo seguía igual. Es un ejemplo más de cómo el ser humano se empeña "cerrilmente" en extender el sufrimiento allá por donde pisa.
Han pasado cien años y tampoco hemos avanzado nada en este frente. Las guerras siguen siendo igual de inútiles por incomprensibles pero mucho más vergonzosas por intolerables. El presidente Asad de Siria dice en una entrevista a "El País" que dentro de diez años se le recordará por haber salvado a Siria. Curiosa idea del patriotismo aquella que salva a la patria y no salva a las personas del sufrimiento, del dolor, de la muerte. Patrias, banderas y religiones, ¡Qué horror! Prefiero el poder de las palabras y del amor.
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Miguel Hernández. Cancionero y romancero de ausencias.
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